No hay que dejar exclusivamente a la cosmética o la genética el cuidado de la piel. Para lucir un cutis sano y radiante, al igual que el resto de la dermis, tenemos que comenzar el trabajo desde adentro.
Nos referimos a lo que comemos, pues es así que aportamos nutrientes para que este órgano tan extenso se defienda de los agentes externos que suelen deteriorarla.
Factores como el sol, la lluvia, el frío o el calor, pasan factura al tejido cutáneo. Es bueno hidratarse para eliminar toxinas; dormir para darle el descanso y oxígeno que merece; ejercitarse es favorecedor, pero si algo influye directamente en la piel, es la alimentación. Nu Skin revela cómo a través de ella se favorece.
La alimentación y sus secretos para la piel
Cuando el organismo carece de vitaminas y nutrientes, el impacto en la piel es negativo. No es algo que se pueda reparar con cremas de belleza; en la alimentación saludable está el secreto.
En lugar de gastar en cosméticos o productos que prometen la eterna juventud, es mejor concentrarse en un estudio nutricional, verificar con un médico si hay desequilibrios que influyan en la apariencia de la piel, patologías dermatológicas o cualquier ora afección que requiera de atención.
Los secretos de la alimentación están en el aporte de vitaminas que previenen la aparición de acné, manchas y hematomas.
Hay que saber elegir bien las comidas, para darle a la dermis lo que realmente necesita.
¿Qué comer para mejorar la piel?
- Los alimentos cítricos son potente vitamina C, considerada un antioxidante favorable para la formación de colágeno; es gracias a esta que la piel gana elasticidad y firmeza. Se halla en la mandarina, limón, naranja, lima, pomelo, kiwis, col, pimientos.
Para comerlos, lo mejor es conservarlos en un lugar fresco hasta que se ingieran; las verduras tiene mejor efecto crudas o al vapor y los jugos funcionan mejor recién hechos que refrigerados.
- Las carnes a la plancha o asadas es la manera más adecuada de consumirlas, porque así conservan sus nutrientes y el gusto. Estas contienen proteínas que paran la pérdida de masa muscular y que la piel del rostro cuelgue. En ellas hay vitamina B6 y selenio, ideales para frenar el envejecimiento prematuro.
- Comidas con vitamina E logran que la piel luzca húmeda y fresca. Esta contribución la obtenemos al consumir espinacas, semillas de girasol, acelgas, almendras, aguacates y germen de trigo.
- Los betacarotenos ofrecen vitamina A, especial contra las arrugas y la flacidez. La zanahoria es rica en este componente y es mejor si la consumimos antes de exponernos al sol. Así también ganaremos un bronceado uniforme. En otras verduras o frutas amarillo intenso igualmente se consiguen carotenoides: mango, calabaza, melocotón, etc.
- El licopeno protege las células de los daños o acciones provocados por los radicales libres y nos escuda de ciertas patologías como las enfermedades cardiovasculares. Se halla en el tomate, especialmente si está maduro. Cuando lo cocinamos el organismo asimila mejor el licopeno, así que no dudes en incluirlo en tu dieta para una piel saludable.
¿Por qué no se renueva la piel?
Si la renovación de la dermis no se da correctamente, es por falta de vitaminas o por alergias alimentarias.
La solución está en variar las comidas, equilibrarlas y combinarlas con un estilo de vida en el que predomine la actividad física balanceada con el descanso, alejarse del alcohol, cigarrillo y el estrés.
Tras las comidas se recomienda un ligero descanso, pues la mala digestión provoca que haya niveles bajo de nutrientes cargados de vitaminas A, D, E y K, todas indispensables para mejorar la apariencia y estado de la piel.
