Un poco de su historia
LAS CAMPANAS:
Los italianos se adjudican la invención de la campana, pero se sabe que en China las usan desde hace 4.000 años para ceremonias de purificación. En Egipto, las empleaban en los funerales. Al hacerlas sonar, los romanos anunciaban la apertura del mercado, la hora del baño, el paso de los criminales o la llegada de un eclipse. Los griegos adornaban los caballos. En el siglo VI se usaba para llamar a los criados, de allí la costumbre de llamar al servicio con una campanilla. Se podría adjudicar a los italianos el nombre, porque fue en Campania, en el pueblo de Nola, donde se fundía el mejor bronce. Allí se fabricaron las primeras campanas del Imperio. Se cree que fue San Paulino de Nova quien colgó una campana en una Iglesia para llamar a la oración.
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INGREDIENTES:
½ taza de manteca a temperatura ambiente
½ taza de azúcar rubia o blanca
1/3 taza de miel
1 huevo
1 cucharada de ralladura de limón
2 1/3 taza de harina tamizada
½ cucharadita de canela
½ cucharada de jengibre en polvo
1 cucharada de cacao amargo
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
½ cucharadita de sal fina.
Preparación:
Batir la manteca con el azúcar y la miel, hasta que esté homogéneo. Agregar sin dejar de batir el huevo y la ralladura de limón.
En un bol aparte, tamizar la harina, la canela, el jengibre, el cacao, el bicarbonato y la sal. Agregar a la mezcla húmeda de a poco hasta incorporar por completo a baja velocidad.
Sacar la masa de la batidora, estirar sobre un film. Refrigerar por una hora.
Luego cortar las piezas y hornear en horno precalentado a 170°C por 12 a 14 minutos (esto va a depender del tipo de horno).
Esta masa se puede utilizar para realizar construcciones.
Conservación: Hasta 7 días en un tupper cerrado.
