jariam marzo 26, 2019

Las patatas bravas, también conocidas como patatas a la brava o papas bravas, son unas patatas cortadas en forma de dados irregulares. Se sirven fritas en aceite y acompañadas de una salsa.

Es uno de los más clásicos aperitivos que se pueden encontrar en los bares españoles y también es fácil que formen parte de cualquier comida familiar o reunión de amigos. Una cerveza bien fresquita es un complemento ideal para este platillo. Además, nos ayudará a pasar el picante.

A pesar de que se sirve así muchas veces, la verdadera salsa brava no es una salsa picante de tomate sino una salsa o crema velouté, elaborada sin este ingrediente.

Debe quedar picante, pero sin excesos. Tiene que resultar sabrosa y agradable al paladar. Si os gustan las cosas muy picantes, no hay problema. Podemos aumentarlo a nuestro gusto añadiendo más pimentón picante o una guindilla de cayena.

La receta de patatas bravas que vamos a preparar a continuación está hecha con esa genuina salsa brava. Un ingrediente fundamental de este delicioso aperitivo.

Receta de patatas bravas

Ingredientes (para tres personas)

  • Tres patatas medianas
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Un poco de perejil (para decorar)
  • 3 cucharadas soperas de salsa brava

Ingredientes para la salsa brava

  • Media cebolla
  • 1/2 cucharada sopera de pimentón dulce
  • Una cucharada sopera de pimentón picante
  • Dos cucharadas soperas de harina
  • 500 ml de caldo de pollo

Elaboración de las patatas bravas

patatas bravas

Primero, debemos hacer la salsa picante que acompañará a las patatas. Para ello comenzamos picando la cebolla muy fina y pochándola en una sartén (que sea amplia) con cuatro cucharadas de aceite de oliva. Después, dejamos que la cebolla se vaya haciendo a fuego muy lento. Antes de que comience a tener color, añadimos el pimentón dulce y el picante, mientras mezclamos bien con la cuchara.

A continuación, incorporamos la harina y la cocinamos durante unos dos minutos. Cuando se ligue con el aceite, formando un roux, añadimos poco a poco el caldo de pollo.

Una vez hecho esto, cocinamos durante unos diez minutos para que el pimentón y la harina no queden crudos.

Finalmente, trituramos la salsa con una batidora y la pasamos por un colador fino para que quede bien.

Ya podemos preparar las patatas. Primero, las pelamos bien y las cortamos en trozos irregulares, teniendo en cuenta que dichos pedazos deben de caber en la boca de un solo bocado.

A continuación, ponemos a calentar el aceite de oliva y las freímos a fuego medio para que empiecen a dorarse.

Si se quiere, se pueden cocer durante unos tres minutos antes de freírlas, pero esto no es necesario. Es cuestión de gustos.

Finalmente, escurrimos bien las patatas dejándolas sobre un papel de cocina absorbente y las cubrimos (procurando no excedernos) con tres cucharadas soperas de salsa brava, dejándolas sin cubrir del todo.

Y ya las tenemos preparadas. Como colofón, las espolvoreamos con un poco de perejil picado.

Las servimos muy calientes. Con salsa brava aparte, para que quien quiera pueda añadirla a sus patatas.

Otro rico aperitivo: Patatas al ajillo

 

 

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