Las patatas bravas, también conocidas como patatas a la brava o papas bravas, son unas patatas cortadas en forma de dados irregulares. Se sirven fritas en aceite y acompañadas de una salsa.
Es uno de los más clásicos aperitivos que se pueden encontrar en los bares españoles y también es fácil que formen parte de cualquier comida familiar o reunión de amigos. Una cerveza bien fresquita es un complemento ideal para este platillo. Además, nos ayudará a pasar el picante.
A pesar de que se sirve así muchas veces, la verdadera salsa brava no es una salsa picante de tomate sino una salsa o crema velouté, elaborada sin este ingrediente.
Debe quedar picante, pero sin excesos. Tiene que resultar sabrosa y agradable al paladar. Si os gustan las cosas muy picantes, no hay problema. Podemos aumentarlo a nuestro gusto añadiendo más pimentón picante o una guindilla de cayena.
La receta de patatas bravas que vamos a preparar a continuación está hecha con esa genuina salsa brava. Un ingrediente fundamental de este delicioso aperitivo.
Receta de patatas bravas
Ingredientes (para tres personas)
- Tres patatas medianas
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Un poco de perejil (para decorar)
- 3 cucharadas soperas de salsa brava
Ingredientes para la salsa brava
- Media cebolla
- 1/2 cucharada sopera de pimentón dulce
- Una cucharada sopera de pimentón picante
- Dos cucharadas soperas de harina
- 500 ml de caldo de pollo
Elaboración de las patatas bravas
Primero, debemos hacer la salsa picante que acompañará a las patatas. Para ello comenzamos picando la cebolla muy fina y pochándola en una sartén (que sea amplia) con cuatro cucharadas de aceite de oliva. Después, dejamos que la cebolla se vaya haciendo a fuego muy lento. Antes de que comience a tener color, añadimos el pimentón dulce y el picante, mientras mezclamos bien con la cuchara.
A continuación, incorporamos la harina y la cocinamos durante unos dos minutos. Cuando se ligue con el aceite, formando un roux, añadimos poco a poco el caldo de pollo.
Una vez hecho esto, cocinamos durante unos diez minutos para que el pimentón y la harina no queden crudos.
Finalmente, trituramos la salsa con una batidora y la pasamos por un colador fino para que quede bien.
Ya podemos preparar las patatas. Primero, las pelamos bien y las cortamos en trozos irregulares, teniendo en cuenta que dichos pedazos deben de caber en la boca de un solo bocado.
A continuación, ponemos a calentar el aceite de oliva y las freímos a fuego medio para que empiecen a dorarse.
Si se quiere, se pueden cocer durante unos tres minutos antes de freírlas, pero esto no es necesario. Es cuestión de gustos.
Finalmente, escurrimos bien las patatas dejándolas sobre un papel de cocina absorbente y las cubrimos (procurando no excedernos) con tres cucharadas soperas de salsa brava, dejándolas sin cubrir del todo.
Y ya las tenemos preparadas. Como colofón, las espolvoreamos con un poco de perejil picado.
Las servimos muy calientes. Con salsa brava aparte, para que quien quiera pueda añadirla a sus patatas.
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