Suavizar en un tazón la mantequilla y el azúcar. Añadir la vainilla, la sal y los huevos, uno por uno.
Tamizar harina con polvo de hornear y añadir a la mezcla. Cubrir la masa con papel film o una bolsita de plástico y llevarla por una hora a la parte baja de la refrigeradora.
Estirar la masa sobre la mesa enharinada (dándole de 3/4 a 1 c.m de espesor) y hacer las galletas en forma de arbolito con un cortapastas o con la ayuda de un cuchillo y un molde de cartón. Poner sobre placas limpias y llevar al horno caliente por 7 a 8 minutos. Retirar y dejar enfriar completamente.
Para el glacé, batir a mano la clara e ir agregándole todo el azúcar impalpable que pueda absorber.
Añadir unas gotas de jugo de limón y seguir batiendo hasta que al levantar la espátula o batidor se formen dibujos-cuando cae el glacé. Separar una quinta parte del glacé y pintar el resto de verde con el colorante de repostería.
Pintar las galletas con el glacé verde y, antes de que se endurezca por completo, adornar con el glacé blanco y la grageas como si fueran árboles de Navidad.