Si piensas reformar tu cocina tú mismo, te contamos que eso es loable, no sólo porque vas a revalorizar tu hogar, sino porque te has atrevido a hacer lo que muchos postergan, temen o ven poco importante.
La cocina es uno de los sitios donde más de la mistad de los habitantes de un hogar hace mayor vida. Realizar una reforma es en principio por estética, pero esta siempre se transforma en algo más funcional que le otorga trascendencia. Y existe un plus espiritual por el regocijo de un buen trabajo y un lugar que está elaborado en base a lo que se quiere y lo que se necesitaba.
Por eso, es bueno que tome papel y lápiz, haga bocetos, escriba renglones de qué quiere y dónde, una criterios familiares; consulte con varios contratistas particulares o empresas del ramo, ya que aunque no seas tú quien tome un taladro parkside 750w o un martillo y perfore, impacte y pegue, sigues siendo el líder de la obra por comenzar y que de seguro con nuestros consejos, será un éxito.
Consejos para reformar tu cocina tú mismo
Ideas claras: Además de tener a mano los planos originales de su vivienda, que debieron entregarle al adquirirla o buscarla en la dirección de ingeniería de su alcaldía, tenga un plano o boceto de qué quiere y en dónde, sustentado en un por qué, verídico.
Dicho boceto o plano /proyecto tendrá correcciones paulatinas sea por la colocación de los equipos, su funcionalidad. El reformar tu cocina tú mismo en ocasiones tiene un toque de imprevisible, pero se corrige.
Presupuestar los materiales: El contratista o asesor le dirá qué y cuánto necesita para cada área. Por ejemplo empotrar una cocina con ladrillos, según el metraje calculará cuántos ladrillos, arena y cemento necesitará. Un consejo es segmentar cada espacio por metro y calcular en base a ello, con un margen de error y de exceso de presupuesto que no superará el 25% según lo metódico que usted sea y los imprevistos.
La disposición de los elementos de trabajo: Calcule la disposición de los elementos que son inherentes al fregadero, la nevera y la cocina, como las mesas de trabajo y despensas. Por igual la distancia entre ellos y la colocación de la campana de absorción de humos, misma que se sugiere sea de óptima calidad, para que su salud siempre esté al tope, como por igual la seguridad.
Crear nuevos gabinetes: Las cocinas son objeto de reformas –en especial por petición femenina- para tener más gabinetes donde guardar electrodomésticos y la despensa, aminorando cosas a la vista. Esos los puedes hacer tú fácilmente, con cemento, madera para entrepaños y puertas y bisagras para fijar. Para esto, lo ideal sería comprar un buen taladro para estos menesteres, evite lo manual o equipos de dudosa calidad.
Distribución ideal: Mida bien el espacio para que quepan los enseres y además, se coloque la mesa y sus sillas se muevan con facilidad. Con esa prueba, estará calculando el área de trabajo indirectamente y la zona de paso.
Plomería, gas y electricidad: La fontanería es algo qué, al reformar tu cocina tú mismo, debes considerar para drenajes duraderos y grifos que ayuden a rendir el agua.
La conexión de gas debe ser segura y aislada; si usan cilindros de gas, que estén lejos del tránsito común. La electricidad es requerida para todos los enseres, se pueden colocar equipos de ahorro energético para la nevera o congelador. Además, las luces deben abarcar todas las áreas. Realice las consultas y pruebas correspondientes, la cocina no admite zonas oscuras, para así evitar riesgos.
No escatimar: El reformar u cocina tú mismo no es sinónimo de tacañería, sino del placer de liderar una obra que vas a disfrutar por siempre. Por eso no escatimes en materiales de construcción.
Además, al pintarla y decorarla, usa los elementos más innovadores y armoniosos que gustes. Será tu espacio, disfrútalo. Claro, que si deseas un ambiente de paz, dale estilo sin sobrecargarlo.
No hacerlo todo tú solo: El que decidiste reformar tu cocina tú mismo, no implica que puedes y lo sabes todo. Insistimos en que te asesores para cada elemento y pidas la ayuda necesaria para todo aquello que no dominas bien. Además, hacerlo con familia y amigos es un adicional de gusto, pero siempre conociendo su potencial y haciendo caso a sus limitaciones.
