Una de las recetas más famosas que figuran en ‘El Quijote’ es la de duelos y quebrantos.
En la obra de Miguel de Cervantes consistía en un revuelto de casquería (tipo sesos, pies y manos, el corazón, pulmón, menudillos y tocino), que podía ser de cerdo, de carnero o de vaca. Este plato aprovechaba lo menos valioso de los animales que se le morían al señor pudiente y, con ello, el pueblo llano conseguía un plato sustancioso.
La elaboración se ha ido refinando hasta nuestros días, sobre todo en La Mancha, donde esta receta mantiene su nombre pero utiliza otros ingredientes. En la actualidad, consiste en un salteado de chorizo, tocino y jamón, ligado con unos huevos semibatidos y al que se pueden agregar unas patatas fritas o una cebolla salteada para hacer más sencilla su ingesta. Lo que no ha perdido con los años, claro está, es su contundencia.