Lavar, pelar y cortar las verduras al gusto (yo no pelo ni los calabacines, ni las berenjenas) e ir friendo por separado. Conforme voy friendo lo voy poniendo en una cazuela y por último pongo el tomate. Se mezcla todo bien y se deja un ratito en el fuego para que se mezclen todos los sabores.
Mi madre lo llamaba «Fritailla de los pobres», porque según ella, la de los ricos era igual, pero además lleva trozos de magro.
Para acompañar cualquier carne o pescado, con huevo frito o sola, está muy buena.