Vamos a aprender cómo hacer helado de vainilla natural. Es muy sencillo de elaborar y además no hay ni punto de comparación con respecto al hecho de forma industrial.
Los helados son un alimento dulce y semicongelado. Están compuestos por cristales de hielo, burbujas de aire y una solución líquida (o suero).
Se compone de aire, agua, proteínas, grasas y azúcares.
Además, para su base se utilizan ingredientes que no son nada difíciles de encontrar: nata, azúcar, huevos, leche…
Partiendo de ahí, las variantes y posibilidades son muchas: turrón, fresa, mango, chocolate…
La heladora es sin duda una gran aliada a la hora de hacer nuestros helados. Pero no es imprescindible, podremos apañárnoslas sin ella. Cuando llegue ese momento de la receta veremos cómo.
Si quieres saber más sobre variedades y helados sanos en la página heladosano.com puedes encontrar mucha información detallada y formas de hacerlo.
Vamos ya con nuestra receta de helado de vainilla natural. Todo un clásico. No en vano es el sabor más consumido del mundo. Delicioso y cremoso.
Las vainas de vainilla que utilizaremos para hacer la receta deben ser frescas ya que, evidentemente, es un ingrediente fundamental. Si están secas no sería lo mismo.
Cómo hacer helado de vainilla natural
Ingredientes
- 200 mililitros de leche
- Una pizca de sal
- 1 vaina de leche
- 200 mililitros de nata líquida
- 120 gramos de azúcar
- 3 yemas
Elaboración
Primero, vertemos la nata líquida y la leche en un cazo de fondo grueso (o una ollita).
Seguidamente, abrimos la vaina de vainilla y le sacamos las semillas. Añadimos ambas cosas al cazo (u ollita) que contiene la nata y la leche. También echamos una pizquita de sal.
Después, calentamos la mezcla hasta que casi llegue a hervir. Cuando llegue a ese punto, retiramos del fuego y dejamos que infusione durante media hora.
A continuación, ponemos las yemas y el azúcar en un cuenco y lo mezclamos bien con unas varillas. Hasta que veamos que blanquean.
Retiramos la vaina de vainilla de la mezcla de nata y leche. Seguidamente, vertemos esta mezcla suavemente en el cuenco del azúcar y las yemas, sin dejar de batir.
Volvemos a echar el resultado en la ollita (o cazo). Calentamos, sin dejar de remover (debemos de evitar que hierva, ya que si lo hace cuajará). Debemos calentar hasta que veamos que cubre el reverso de una cuchara (tardará unos cuatro minutos).
Retiramos del fuego y dejamos escurrir.
Después, echamos la mezcla en la heladora. Seguidamente, rellenamos un molde y metemos a congelar.
Si no tenemos heladora podemos hacerlo igualmente.
Bastará con echar la mezcla en un molde y congelar. Eso sí, en este caso deberemos estar atentos: cuando haya pasado una hora y media aproximadamente y los laterales empiecen a congelarse.
Entonces, batiremos el contenido con una varilla o tenedor, para evitar que se cristalice. Tendremos que repetir este paso dos veces más.
Y ya tenemos nuestro helado. Fácil, ¿verdad? y el resultado merece la pena.
Sugerencia de presentación
Los frutos rojos son ideales para acompañar a este y otros helados. Le aportarán color y, además, un puntito ácido que equilibrará su sabor.
Consejos a la hora de servir el helado
La temperatura ideal para servirlo es 16°.
Para servirlo de la mejor manera es aconsejable sacarlo del congelador y dejarlo en la nevera durante unos 20-30 minutos antes de ser consumido.
Este cambio de temperatura del aire suaviza el helado y nos facilitará el trabajo de servirlo después en bolas.
En la página heladerosartesanos.com podemos ver con detalle los beneficios de estos helados de vainillas y otros sabores.
Otra receta que te puede interesar: las mejores recetas para hacer zumos naturales.
