¿Deseas preparar un plato delicioso para toda la familia? Presta atención, en el siguiente artículo hablaremos sobre cómo cocinar entrañas de forma correcta aprovechando la anatomía de la carne y los complementos que garantizan la excelencia del sabor.
Los animales tienen diversos tipos de carne en su interior. Algunos se pueden aprovechar gastronómicamente y otros no. Es cuestión de conocer las características particulares de cada tipo y elegir los ingredientes correctos para crear un gran plato.
Bajo esa premisa, hemos decidido hablar sobre una carne de moda que se vende rápido y ofrece resultados de satisfacción que valen la pena conocer. Además, aprovecharemos para darte algunas recomendaciones en torno a su preparación.
¿Qué son las entrañas?
Antes de siquiera explicar cómo cocinar entrañas, retrocedamos un poco y hablemos sobre qué son. Ya que el nombre puede generar confusión y rechazo en quienes no conocen las nociones básicas de este tipo de carne.
Las entrañas son órganos ubicados en las cavidades, especialmente en la zona periférica, donde se encuentra el diafragma. Se trata de una carne separada de la cavidad abdominal y adherida a las costillas mediante los tejidos tendinosos.
La carne se caracteriza por ser blanda, de color rojiza y que no presenta un desafío a la hora de cortarla; ya que es finita, alargada y tierna. También se contrae cuando se expone al corte debido a los tejidos que une los músculos con los huesos.
Por otro lado, la carne cuenta con dos elementos en cada cara: una membrana, que es una especie de cuero adherido a las entrañas, y una capa de grasa que cubre el alimento y se cocina tanto a la plancha como a la parrilla.
Tipos de entrañas
A pesar de haberse convertido en la carne de moda, pocos saben que existen dos tipos de entrañas. Esto es importante ya que, si deseas preparar una parrilla para toda la familia, es necesario escoger la mejor opción.
Entrañas gruesas
Las entrañas gruesas, usualmente, son las que poseen mayor tejido tendinoso y por eso resulta un mayor reto al momento de cortar y cocinar. De hecho, se cuece distinto y requiere de mayor exposición al fuego para disminuir la dureza.
Entrañas fina
Se considera la mejor alternativa para cocinar en parrilla y sus características la respaldan frente a su homóloga. Se trata de entrañas finitas y alargadas con un mejor sabor por la falta de tejido tendinoso que impactan negativamente en la cocción.
¿Cómo se pueden preparar las entrañas?
Existen diversas formas de preparar las entrañas para crear un plato gastronómicamente sabroso. Sin embargo, las más conocidas y recomendadas, dado que aprovechan las ventajas anatómicas de la carne, son: a la plancha y a la parrilla.
En caso de que decidas cocinar la carne a la plancha deberás tener paciencia para que cada lado se cocine adecuadamente. Como resultado, encontrarás un plato a término medio, suave y con un sabor que se distribuye exponencialmente en la boca.
En cambio, si deseas un plato más atrevido y salvaje, con un matiz tostado, la opción ideal es a la parrilla. La exposición al calor saca lo mejor de las entrañas, un tipo de carne que se ve beneficiada por la temperatura y el acompañamiento de otros alimentos, como el chorizo y la morcilla.
Finalmente, también existen dos métodos para preparar las entrañas: quitándole la membrana / cuero, o bien dejándolo para que se cocine junto a la parte blanda conformada por los músculos de los animales.
La elección dependerá de cada persona. Al igual que el estilo. De hecho, es una carne popular en Argentina, pero también en Guatemala y España donde suele variar en términos de métodos y estilos de cocina.
Cómo cocinar las entrañas
Sin nada más que agregar en torno a las entrañas y su preparación, es momento de hablar sobre cómo se cocina. Para ello necesitarás de los siguientes ingredientes:
Ingredientes
- Carbón
- Parrillera
- 1K de entrañas
- Sal fina
- 1/5 de chorizo
- 1/5 de morcilla
Pasos para cocinar
Lo primero que debes hacer es prender la parrillera, depositar el carbón y encender el fuego. Mientras más calor emita la parrillera, mucho mejor, ya que el factor temperatura es esencial al momento de cocinar las entrañas.
Mientras esperas que la parrillera se caliente, corta en tiras finas y alargadas las entrañas de acuerdo a la cantidad de personas que disfrutarán de la suavidad de la carne de vacuna. Lo mismo con los chorizos y las morcillas.
Con cada elemento listo, coloca las entrañas del lado de la membrana (cuero) y cada quince minutos voltea hacia el otro lado (donde se encuentra la grasa); sigue el mismo procedimiento por un total de 40 minutos cuando la carne se dore.
Como acompañamiento, puedes optar por comprar medio kilo de patatas y picarlas en trozos para freírlas. No olvides agregar la sal fina y procura que cada lado de la piel reciba la suficiente fuente de calor hasta que quede crocante y aparezcan gotas de sangre.
Recomendaciones para cocinar las entrañas
A pesar de que las entrañas son alimentos sencillos de preparar, no está de más recomendar algunos consejos para aprovechar al máximo el potencial de la carne.
Elige bien en el supermercado
Las entrañas las encontrarás en cualquier supermercado dado que es una carne de alta demanda y que se vende rápido. Sin embargo, dentro de los animales solo se encuentra una unidad de los órganos, por lo que debes elegir bien.
Frente a ese escenario, revisa que la grasa que cubre a las entraña tenga un color blanco y no amarillento. La tonalidad indica la naturaleza de la carne y si se nota amarilla es sinónimo de que no se encuentra en buen estado.
¿Entrañas finas o gruesas?
Como bien mencionamos, existen dos tipos de entrañas de acuerdo a las características de los tejidos y los músculos. Las personas suelen elegir a la fina porque es sencilla de cortar y cocinar, sin embargo, la gruesa no es una mala opción, especialmente si quieres hacer una parrilla donde se ve beneficiada.
Calor, siempre calor
El calor que desprende la parrillera debe abrazar tanto a la membrana como a la grasa de las entrañas para incrementar el sabor de la carne. Nuestro consejo es que realices varios cortes lo suficientemente pequeños (sin abusar) para que se cocinen adecuadamente.
