xdadmin mayo 23, 2018
Los orígenes del café se remontan a la antigüedad. Las primeras referencias históricas fiables los ubican en Presia, a mediados del siglo lX, aunque no falten versiones como la que señala al Arcángel Gabriel trayendo del cielo una taza de café al profeta Mahoma, otorgándole vigor y resistencia en la batalla, o en los “granos tostados”-que bien podrían haber sido de café-que el rey David recibiera de regalo, según el Libro de los Reyes.

Lo cierto es que la mas aceptada es la que fija el inicio de la historia del café en la región de Kaffa, en Etiopía, a través de un difundido relato, que indica que un pastor noto en sus cabras una extraña inquietud luego de haber rumiado éstas las bayas y hojas de una planta para él desconocida.
Sabores de la novedad, los monjes de un convento cercano llevaron las semillas de aquella planta al monasterio, comprobando que una vez tostadas, trituradas y puestas en infusión, daban como resultado una bebida gratificante, capaz de ayudarlos en las largas vigilas de oración. Esta característica del café es la que-una vez difundida la noticia y el uso del mismo-hizo que su consumo se convirtiera en costumbre.

Casi tan antigua como la bebida, es la polémica que suscitan sus efectos sobre la salud. La complejidad de la composición del café y la existencia de sustancias aún no identificadas, pero cuyas actividades fisiológicas han sido constatadas, obligan a que continúen los trabajos de investigación, tanto para probar la inocuidad del consumo del café, como para demostrar los efectos favorables en el organismo. Si el café no puede ser considerado como un producto capaz de asegurar un aporte significativo de macro y micro nutrientes, contiene un conjunto de sustancias dotadas de activas acciones fisiológicas. Aunque de cuando en cuando reportes individuales han sugerido que el café puede afectar ciertos aspectos de la salud, los resultados combinados de décadas de estudio NO muestran que una moderada cantidad de café sea mala para la salud. De hecho, considerando que cerca de 2.500 millones de tazas de café son consumidas en el mundo diariamente, cualquier asociación con problemas de salud se habría ya evidenciado.

El café es la segunda materia más comercializada en el mundo, sólo detrás del petróleo. Se produjo un total de 6,7 millones de toneladas de café anualmente entre los años 1998 y 2000, y se espera que se eleve la cifra a 7 millones de toneladas anualmente en 2010.
El extracto de café se emplea en confitería y en repostería como aromatizar helados, bombones… así como para hacer el moka tradicional (un bizcocho cubierto de una gruesa capa de crema con mantequilla, azúcar y café).
La cafeína, que puede ser extraída del café, entra, por sus propiedades estimulantes, en la composición de algunos refrescos. Los granos de café, tras el tostado y la infusión, son destilados con el fin de producir cremas o licor de café.
Además, en la actualidad existen multitud de medicamentos con cafeína, tanto sola como asociada con otros principios activos como en el caso de los analgésicos. Aquellos medicamentos que sólo contienen cafeína están indicados oficialmente para casos de astenia (cansancio de origen intelectual o físico), aunque se suele recurrir a ellos cuando es necesario mantenerse despierto, como por ejemplo el caso de los transportistas.
Desde un café cortado, con leche o un capuchino, esta bebida es la mejor compañía para una tarde de invierno o en un merecido recreo en el trabajo.
Para su paladar deliciosas recetas con café

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